
La cirugía plástica no es solo un acto médico, también es un proceso personal que requiere preparación, confianza y compromiso. El verano, con su ritmo más pausado, puede ser una buena oportunidad no solo para descansar, sino también para cuidarte, informarte y tomar decisiones con calma. Porque elegir cuándo y cómo hacer una cirugía también forma parte del cuidado que mereces.



No todas las cirugías deben hacerse cuanto antes. Si te recomiendo postergar o planificar tu intervención en otro momento, es porque busco el mejor resultado para ti, sin prisas y con seguridad.



El postoperatorio es tan importante como la intervención. Seguir las indicaciones médicas, moverte con calma, alimentarte bien y evitar el sol en exceso favorecerá una recuperación más cómoda y eficaz.

Las altas temperaturas pueden aumentar la inflamación, la retención de líquidos o la sensación de fatiga en el postoperatorio. Si tienes una cirugía reciente evita la exposición prolongada al calor, el ejercicio intenso al aire libre o la ropa ajustada. En verano, la comodidad y la regulación térmica son también parte de tu recuperación.


Buscamos armonía, equilibrio y naturalidad. No se trata de transformar, sino de mejorar con criterios médicos y estéticos que respeten tu identidad.



Acudir a los controles posteriores es esencial. Ahí podemos valorar los avances, resolver dudas y darte pautas personalizadas para mantener los beneficios a largo plazo.

Confiar en tu médico implica hablar con libertad, expresar tus miedos o expectativas y estar dispuesta a escuchar con apertura. Esa confianza mutua es el verdadero motor del éxito.


Confía siempre en tu cirujano plástico
