
TRATAMIENTOS MÁS ESPECÍFICOS PARA ACABAR CON LA PAPADA
Durante mucho tiempo, el tratamiento del cuello formaba parte de un lifting facial completo. Esto significaba una cirugía extensa que abordaba tanto la cara como el cuello, sin diferenciar demasiado qué zona estaba más envejecida. Sin embargo, hoy sabemos que no todas las personas envejecen igual, hay pacientes que mantienen una apariencia joven en la parte superior del rostro pero que presentan flacidez, grasa acumulada o descolgamiento en la zona cervical.
Gracias a los avances en cirugía estética, hoy es posible tratar exclusivamente el cuello de forma precisa y efectiva, sin necesidad de intervenir toda la cara. Esto ha permitido personalizar mucho más los tratamientos y ofrecer soluciones adaptadas a cada paciente.


CÓMO SE ACTÚA
Es importante entender que no siempre el problema del cuello es solo exceso de grasa. Aunque en pacientes jóvenes con buena calidad de piel una liposucción submentoniana puede ser suficiente para definir el cuello, en la mayoría de los casos es necesario ir más allá. El envejecimiento cervical suele implicar varios factores combinados como flacidez de la piel, debilitamiento o separación del músculo platisma, bandas musculares visibles o el descenso de glándulas submandibulares.
Cada vez más personas buscan mejorar o recuperar este ángulo definido del cuello sin cambiar drásticamente el resto del rostro y por eso, los tratamientos localizados están ganando protagonismo.

TÉCNICAS MENOS INVASIVAS Y MÁS PRECISAS
Otra gran ventaja de los avances actuales es que ahora existen técnicas más específicas y menos invasivas que permiten tratar el cuello con mucha más precisión. Por ejemplo, a través de una pequeña incisión en el borde interior del mentón, se puede acceder al músculo platisma para tensarlo y mejorar el contorno cervical sin cicatrices visibles.
Este tipo de procedimientos permite abrir el ángulo del cuello y mejorar la definición mandibular con resultados naturales y sin afectar la expresión facial.
En muchos casos se realiza una intervención que incluye no solo la eliminación de grasa, sino también el tensado del músculo, la recolocación de estructuras profundas y, si es necesario, la resección de piel excedente.

En los casos donde hay más descolgamiento, se pueden aplicar técnicas más completas, pero siempre con el objetivo de adaptarse al grado de envejecimiento de cada persona.
OTRAS OPCIONES NO QUIRÚRGICAS
Para quienes no desean cirugía o están en etapas iniciales del envejecimiento, existen tratamientos no invasivos que pueden ofrecer mejoras moderadas. Entre ellos podemos citar radiofrecuencia, ultrasonido focalizado, láseres tensores o bioestimuladores y rellenos estratégicos Estas opciones no reemplazan una cirugía cuando el envejecimiento es más marcado, pero pueden complementar o retrasar la necesidad de una intervención mayor.


Las personas con anatomías desfavorables en el tercio inferior de la cara o que envejecen más rápidamente en esta región, el lifting cervical permite corregir la papada o la flacidez del cuello sin cambiar radicalmente la apariencia facial.
REJUVENECER SIN TRANSFORMAR
Hoy en día, gracias al conocimiento anatómico y la evolución de las técnicas quirúrgicas, el lifting cervical es una herramienta versátil y segura para rejuvenecer el cuello de forma localizada.
El resultado, un cuello más definido, armónico y juvenil, con un procedimiento que respeta la naturalidad del rostro y se adapta a las necesidades reales de cada paciente.
