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Lifting – No hay mejor manera de empezar el año que luciendo más jóvenes y ese es un sueño que algunas personas hacen realidad durante estas fechas ya que para muchos la cirugía plástica es un regalo perfecto.
En este caso nos referimos a un lifting o ritidectomía, un tratamiento quirúrgico destinado a mejorar los signos de envejecimiento, mejorar nuestro aspecto y hacer que nuestro rostro sea más joven.
La cara es el primer lugar en el que aparecen lo principales signos de envejecimiento como la pérdida de volúmenes o su descolgamiento, pliegues entre la boca y la nariz, arrugas y flaccidez de cara y cuello. Llega un momento en el que no hay manera de controlar estos cambios.
La genética es el principal responsable de que nuestra piel luzca más o menos joven, aunque otros factores ambientales y de hábitos contribuyen a la degeneración.
Técnicas innovadoras
Jaime García Pérez, médico especialista en cirugía plástica reparadora y estética, explica que “gracias a la medicina y a los avances tecnológicos, en la actualidad podemos frenar el paso del tiempo y rejuvenecer nuestro rostro”. En este sentido el especialista señala que la técnica más duradera es un lifting y lo más innovador es emplear la grasa debido a su poder regenerativo tanto en cara como en cuerpo.
Cuál es la mejor edad
Al ser la genética el principal factor del deterioro facial, no hay una edad concreta para abordar un lifting pero el doctor García apunta que “lo ideal es que se haga en hombres o mujeres cuya piel ha empezado a descolgarse pero sigue manteniendo un buen grado de elasticidad”. Aunque podemos decir que es una intervención que puede comenzar a realizarse avanzados los 40 años hasta incluso los 80 años.
Lo recomendable es que el cirujano en una primera visita, realice una valoración, un diagnóstico preciso e informe al paciente y resuelva todas sus dudas. Es un momento importante para saber qué esperar de esta cirugía.
Rellenar, tensar y dar volumen
Muchas personas tienen miedo a un resultado artificial pero el cirujano plástico Jaime García considera que “nada que ver con la realidad porque la cirugía ha evolucionado hacia técnicas menos agresivas con resultados mas naturales centrándose en la restauración de volúmenes y posiciones y no tanto en el estiramiento”. Se presta más atención a la mejilla y al tercio central de la cara donde se tiende a aportar volumen y sólo se estiran las partes laterales que están descolgada o mas relajadas.
Cómo se realiza el lifting
Un lifting puede ser realizado bajo anestesia local y sedación o bajo anestesia general. Cada caso varía en cuanto a la colocación y extensión de las incisiones, las áreas que se van a mejorar, el uso o no de técnicas complementarias (cirugía estética de párpados, aumento de pómulos…) y la duración de la intervención.
Las incisiones pueden situarse en las sienes (dentro del pelo o en su inicio), continúan dentro de la oreja y alrededor del lóbulo, detrás de la oreja y cuero cabelludo. Si el cuello necesita tratamiento se hace una incisión debajo del mentón. Las heridas se cierran con puntos dejando y se coloca un vendaje.
La intervención consiste en “tensar” las capas musculares adaptando la piel al nuevo contorno, retirando el tejido sobrante y aportando los volúmenes perdidos.
La recuperación
El postoperatorio no suele ser doloroso y las molestias suelen controlarse con analgésicos habituales. El vendaje y los tubos de drenaje se retiran en 24 a 48 horas. Es normal que se sienta la piel “acorchada” o inflamada y con moraduras que duran pocos días.
En dos semanas el paciente podrá retomar su vida normal. La piel necesitará cuidados específicos y no deberá exponerse al sol o a rayos UVA durante al menos tres meses. Las cicatrices se hacen casi imperceptibles.
El doctor Jaime García concluye aclarando que “un lifting no para el reloj, pero proporciona un resultado duradero y es probable que se quiera repetir la intervención pasados unos años”.